¿Cómo asegurar el éxito educativo?

El éxito o el fracaso escolar no es solo cuestión de estudiar más o menos, depende de que el niño cuente con las condiciones necesarias para tener un aprendizaje efectivo y feliz. Profesores, padres e incluso amigos juegan un papel importante en este proceso. Estos son los ingredientes que ayudan a los estudiantes a ser mejores, según los expertos.

El éxito o el fracaso escolar no es solo cuestión de estudiar más o menos, depende de que el niño cuente con las condiciones necesarias para tener un aprendizaje efectivo y feliz. Profesores, padres e incluso amigos juegan un papel importante en este proceso. Estos son los ingredientes que ayudan a los estudiantes a ser mejores, según los expertos.

1. La autoestima alta. Lo que cada persona cree sobre sí mismo es importante para tener seguridad en lo que hace, y ese concepto se construye en los primeros años de vida a partir de lo que otros piensan. Por eso, si un niño crece y estudia en un ambiente en donde los profesores y los familiares tienen expectativas positivas sobre él, se formará y crecerá con conceptos positivos de sí mismo.

2. Buenos profesores. Qué papá no está interesado en que su hijo tenga los mejores docentes? Para comprobar que sea así, hay que cerciorarse de que ellos se preocupan por estimular la autoestima de los estudiantes; no los culpan de los fracasos escolares sino que tratan de indagar las causas; no los ridiculizan ni dejan que otros lo hagan; mantienen a los padres al tanto de lo que sucede y hacen sus clases amenas.

3. Más tiempo para estudiar. Desde hace dos años, por disposición del Ministerio de Educación, todos los colegios del país deben trabajar 40 semanas al año. Antes los estudiantes, especialmente los de colegios públicos, solo tenían 36 semanas y seis horas diarias (hoy son ocho). Eso sí, todo ese tiempo no debe ser en aula. Son importantes las actividades complementarias que les permitan relacionarse con el medio y explorar sus habilidades: realizar obras de teatro, participar en campeonatos deportivos, observar la naturaleza, etc.

4. Supervisión constante. Los niños no requieren de adultos que a toda hora los estén siguiendo como una sombra o que los estén bombardeando con preguntas sobre sus deberes, necesitan que los escuchen, les pregunte por lo que aprenden y lo que desea saber, que revisen sus cuadernos para ver qué les enseñaron y qué mensajes enviaron sus maestros.

5. Familia y colegio, en línea. Es importante que padres y profesores tengan una comunicación constante para que intercambien opiniones sobre el niño y no se contradigan en lo que dicen. También para que exploren y desarrollen sus habilidades. Incluso cuando el niño presente dificultades es conveniente superarlas desde sus fortalezas. Si eso no se da y el niño no se siente a gusto con el colegio, o se ve deprimido y angustiado, lo mejor es cambiarlo de institución.

6. Leer, un propósito. La lectura es la base de cualquier aprendizaje. Un pequeño que lee correctamente entiende lo escrito en los textos escolares, lo que le preguntan en sus exámenes y lo que encuentra en Internet. Recuerde que él aprende con el ejemplo y realiza esta actividad si tiene a disposición material interesante para leer.

7. Una buena biblioteca. Además de contar con los útiles escolares que le exigen en el colegio para que pueda cumplir con las tareas, es importante que el estudiante cuente con material de lectura en casa, como revistas y libros adecuados para su edad; pero también que vaya a la biblioteca. Desde los 2 años puede ser un asiduo visitante, no solo para ojear textos, sino para ver videos o escuchar música. Por otro lado, como en Internet se encuentra todo tipo de información hay que enseñarle a buscarla.

8. Con ambiente familiar. Los expertos en educación lo llaman el currículo de la casa, y no es otra cosa que las enseñanzas que los niños aprenden en su hogar. Los pequeños que tienen padres que los escuchan, les hablan sobre temas que los afectan y les interesan, comparten con ellos opiniones sobre las noticias del mundo y les enseñan buenos hábitos tienen más éxito escolar. En los más pequeños, por ejemplo, está comprado que cuando no son motivados a participar en una conversación suelen tener problemas al aprender a leer. Además, los que no han aprendido a escuchar tienen problemas para seguir instrucciones o prestar atención en clase.

9. Los amigos son clave. Los compañeros y el grupo de amigos tienen gran influencia en la formación de valores y comportamientos de niños y jóvenes; por eso es recomendable que tanto padres como profesores aprovechen eso a favor de la educación de los menores. Por ejemplo, es conveniente que los maestros mezclen estudiantes destacados con los que no lo son, y que los padres fomenten las amistades de niños que son críticos y abiertos al conocimiento.

10. Tareas productivas. Las tareas que ayudan a mejorar el rendimiento escolar son las que el niño entiende para qué son, puede hacerlas a partir de las enseñanzas recibidas en clase y requieren materiales acordes con su edad y sus posibilidades económicas. En casa debe tener un lugar cómodo para hacerlas: un escritorio con buena iluminación, sin distractores como televisor, radio o videojuegos e incluso hermanos pequeños revoloteando. Es necesario que tenga un horario para realizarlas.

Educación también sugiere establecer objetivos al comienzo del curso: preguntar a los niños cuáles son sus expectativas, qué les gustaría aprender este año y en qué les gustaría profundizar, al tiempo que se aconseja comentar con ellos las nuevas materias que les motivan, algo que también favorece el aprendizaje en el aula

La puesta en práctica de buenos hábitos de estudio o el uso de técnicas adecuadas pueden ser los factores que logren inclinar la balanza hacia el éxito académico de un estudiante, tanto si está preparando unas oposiciones públicas como si está en la educación obligatoria o postobligatoria.

Se conoce como hábitos de estudio aquellas conductas que los estudiantes practican con regularidad para incorporar y consolidar conocimientos. Algunos de estos hábitos positivos serían:

•           Cumplir horarios.

•           Establecer una metodología.

•           Organizar y planificar el tiempo del que se dispone.

•           Mantener un ritmo de trabajo constante.

•           Estudiar en un espacio ordenado, silencioso, bien iluminado y cómodo.

Las técnicas de estudio son métodos o procedimientos empleados para facilitar el aprendizaje, ayudando a favorecer el proceso de comprensión, memorización y rendimiento académico.

No existen unas reglas fijas a la hora de seleccionar cuáles son las técnicas de estudio mejor o más eficaz, ya que es una cuestión que depende de cada persona. A un estudiante le puede resultar particularmente efectivo el uso de fichas de estudio, mientras que otro preferirá basar su trabajo en los subrayados o los mapas conceptuales.

Otro aspecto interesante de las técnicas de estudio es que no involucran únicamente a las áreas visual y auditiva, sino también la escritura con el objetivo de reducir la dispersión o hacerla evidente al propio estudiante.