La situación parece ser obvia para pocos e inexplicable para muchos. La preocupación de los responsables educativos se concentran en las calificaciones y pases de año, olvidándose lo fundamental que es el proceso de enseñanza aprendizaje; que a diferencia de los producto de manufactura no puede estar estandarizado porque hay factores de inclusividad, diversidad cultural, salud, buenas prácticas educativas, apoyo familiar, nivel de conocimientos previos, interculturalidad y la sobreprotección de los padres en el facilismo educativo, entre otros aspectos que restan capacidad al desempeño docente y la calidad educativa de manera generalizada en el país.
El miedo de los padres al fracaso y al sufrimiento de sus niños cada vez es más grande. Estos son los principales errores que se comenten en la crianza y la forma de superarlos.
Cualquier padre de familia sueña con ver triunfar a sus hijos. La parte difícil es lograrlo con el balance perfecto que, según los expertos, radica en establecer expectativas altas e involucrarse en su desarrollo, pero sin irrespetar su autonomía. En el mundo actual la mayoría de los padres han optado por un extremo tóxico: ser sobreprotectores. Son los que hacen por ellos casi todo, los cuidan de no equivocarse ni tomar riesgos, y les exigen metas que poco reflejan las necesidades de los pequeños. El resultado son jóvenes tristes, estresados, ansiosos, frustrados y poco motivados.
Los padres les hacen los deberes para que conquisten las mejores notas, pero le restan responsabilidad y creatividad y, equilibrio emocional para soportar sus verdaderas evaluaciones y el valor a esforzarse para conseguir sus propios méritos. Esto no significa que los padres abandonen a sus hijos a su propia suerte, sino que deben ayudarlos a pensar, a diseñar, a mejorar su pensamiento crítico, ente otros aspectos.
Aprendizaje Seguro MSS brinda la oportunidad de diagnosticar la salud educativa de los estudiantes para ofrecerles un conjunto de estrategias y plan de intervención como tratamiento al desorden educativo que están siendo afectados por el entorno y contexto de cada estudiante.
Según la definición de Psicopedagogía, el fracaso escolar ocurre cuando un niño no es capaz de alcanzar el nivel de rendimiento medio esperado para su edad y nivel pedagógico. Es decir que por algún motivo, el niño no logra alcanzar las calificaciones mínimas para pasar de curso. El fracaso escolar hace referencia a niños que de manera reiterativa obtienen suspensos, no a aquellos que han obtenido una mala calificación en un examen.
Se ha hecho un hábito reconocer un buen profesor por brindar facilismo educativo, poniendo buenas notas a los estudiantes y pocos deberes, en lugar de velar por el aprendizaje integral del estudiante para desarrollar capacidad de absorción de conocimiento, que lo habilite a desarrollarse normalmente en condiciones cognitivas y emocionales deseados, para luego no tener que lamentar cuando nuestros hijos escojan un mal camino o no puedan continuar con estudios superiores. En la etapa de la niñez se debe ejercer mayor cuidado y dedicación posible a nuestros hijos, con la ayuda de profesionales de la educación y de la salud.